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¡Hola! Soy Ana Salazar, Diseñadora de Modas y Coach de Imagen Personal.
Durante más de 10 años he trabajado en el mundo de la moda y la imagen, inicialmente desde un enfoque más estético y superficial. Vestir bonito, combinar bien, seguir tendencias… y aunque eso también tiene su valor, fue mi propia experiencia personal la que me hizo mirar más profundo y transformar por completo el enfoque de mi trabajo.

Hoy acompaño a mujeres reales en sus procesos de sanar la relación con sus cuerpos y reconectar con su esencia a través de su imagen, el autocuidado y el amor propio.

Sé lo fácil que es perdernos en los roles, en las expectativas, en los cambios que trae la vida. A veces el cuerpo cambia, otras veces la vida nos da un giro inesperado… y lo que alguna vez sentimos nuestro, ya no nos representa. Por eso, mi trabajo no es transformarte en alguien que no eres. Mi trabajo es ayudarte a recordar quién eres, y traducir eso en una imagen que te sostenga, te refleje, te empodere y te haga sentir segura.

Mi historia también ha pasado por ahí.
Ser mamá me transformó, sí, pero nada me movió tanto como cambiar de país. Convertirme en inmigrante, alejarme de mis raíces, vivir sin una red de apoyo, sin amigas cerca, sin mi entorno conocido... todo eso me hizo entrar en una etapa de soledad profunda. Y con esa soledad, se apagó también mi deseo de arreglarme.

Siempre he disfrutado mucho maquillarme, vestirme, expresarme a través de la ropa. Pero llegó un momento en el que mi ánimo estaba tan abajo, que simplemente dejé de hacerlo. Dejé de mirarme. Dejé de priorizarme. Sentía que había desaparecido un poco detrás de la rutina, la distancia y el cansancio emocional.

Fue justamente en ese lugar donde comprendí, en carne propia, que la imagen no es superficial. Es una herramienta poderosa de reconexión. Volver a mí fue un proceso lento, lleno de autoescucha, compasión y pequeños rituales diarios. Y por eso hoy acompaño a otras mujeres a hacer lo mismo. No desde la exigencia, sino desde el amor.

Si hoy estás aquí, tal vez sea tu momento de volver a ti.
De mirarte con nuevos ojos.
De reconocerte en el espejo.
Y de crear una imagen que no se trata de cambiarte… sino de recordarte.

Estoy feliz de poder caminar contigo este proceso.

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Con cariño,
Ana